miércoles, 5 de septiembre de 2012

La mirada que nunca he visto.

http://el-cielo-es-tu-limite.blogspot.com.es/2011/08/no-temas-esa-miradapues-se-esconde-tras.html )
 Dejé la persiana abierta, como siempre.
 La noche yacía  ya en mi cama desde hacía horas y de un portazo introduje la soledad en mi habitación.
 No quería entregarme al sueño ,estaba demasiado cansada. Incoherente sí, pero necesario.
Yo daba vueltas por toda la habitación, conversando con mis paredes que me aconsejaban y aclaraban lo que aquella noche debía y pretendía hacer.
Necesitaba volver a encontrarme con él, una vez más para dejar de hacerme daño, para poner fin a esta desdichada historia, a esta destructiva y, a la vez inexistente relación.
 Entonces me senté en el frío suelo de todas las caídas, y esperé.
Esperé a volver a oír crujir esa silla, a oler aquel tabaco, a observar esa mirada que una vez desnudó mi mente y consiguió todo lo que muchos intentaron antes, humillándome y destrozando todo amor propio, dejándome tan débil que me dolía recordar, vaciándome por completo, convirtiéndome en alguien detestable, insufrible, frío y muerto. Que introdujo ese enorme peso soportado hasta entonces, oculto bajo la fachada construida hacia los demás para no volverme completamente loca.
 Y con deseo, me agarré a mi misma e invoqué el momento.
Sabía a que me enfrentaba, estaba preparada para lo peor. Para levantarme de un salto en cuanto me topara con sus ojos y escupir todas esas sensaciones y pensamientos que los años habían acumulado en este miserable ser, en el que a su vez me convertía. Estaba lista para no volver a enfrentarme. Para apagar el brillo de esos penetrantes ojos que me atormentaron cada noche. Para dejarle ir. Tenía de mi parte la claridad de la noche.
Entonces la silla que reposaba delante de mi ,comenzó a balancearse y una carcajada despertó mi calma.
Era el momento.
Y yo, abrazada a mis rodillas, levanté la cabeza, aun con los ojos cerrados.
 Quería introducirme de lleno en esa nube de humo, nervios, odio, arrepentimiento, asco, pasión..y demás características de esta inacabable tortura,  antes de enfrentarnos. Pero de repente, me vi rodeada de oscuridad y con ella la inseguridad se apoderó de mi alma, que gritaba en contra de mis intenciones, pero ya no había vuelta atrás.
Y al fin, haciéndome a la dura idea de lo que contemplaría, abrí los ojos.
Pero no vi nada.

Sólo unos brazos.


Fuertes, llenos de calma, de placer, de salvación,de madurez, cordura.. que me agarraron con todo el ansia de bondad posible y me sacaron, de aquella dolorosa situación antes de poder reaccionar, de decir" ¡No! Debo resolver esto", antes de siquiera bañarme en aquellos ojos una última vez.
 Y no vi nada más.

Amanecí en mi cama. La noche me había abandonado, escapándose con aquellos brazos.Mas no vi el día por la ventana.
Las persianas estaban cerradas y una sensación de agradecimiento recorrió mi renovado y rescatado cuerpo.
Alguien me había alejado del peor lugar del mundo.


O del mejor.

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