domingo, 29 de septiembre de 2013

Protégete todo el tiempo.

Lucháis constantemente por irrumpir en la mente del contrario.
Y en realidad solo tenéis miedo.
Habláis, como yo he hablado, de controlar a la gente como de una facultad.
Es una trampa.
Típica mentalidad .Construir barrera hacia todo proyectil de empatía que se pueda acercar.
Porque aparentemente nos hace fuertes, nos gusta sentirnos así. Saber que con tan solo una mirada puedes intimidar cualquier subconsciente. No queremos darnos cuenta de que en realidad vamos camino hacia la ignorancia.
Es conocer para desconocerse.
Nos perdemos en los demás por miedo a encontrarnos en ellos.
Es cuestión de abrir los ojos.
Vivimos en una sociedad en la que quienes se han arrimado a la cima del control nos invaden con ideas y placebos para cegarnos del mundo por completo, llevándonos a su imperio de la ruina, convirtiéndonos en almas que ni sienten ni padecen, nos volvemos tan vacíos como ellos y, tristemente, el que es tan valiente como para no dejarse cegar por el caos, crea su propia versión de la ruina.
La puta realidad es que todos tenemos miedo de ver en quien nos estamos convirtiendo día tras día. Y esa es la única opción que nos queda, expandir nuestro velo de ingenuidad y aparentar que la única persona que puede romperlo eres tú.
Somos una trampa oculta.


lunes, 16 de septiembre de 2013

Respirar por no huir.

Descansar los ojos mirando hacia la nada y  respirar profundo para acariciarse por dentro.


Me gusta sentirme a mi misma. Pasar el tiempo desvistiéndome por dentro, encerrarme entre mis cuatro paredes pensando en todo hasta convertirlo en nada.
Descuartizar cada emoción y analizar los momentos que haya o no vivido, sufrir los que viviré y arrepentirme de los que puedo y no quiero.
Supongo que la finalidad es conocerme.
Pero eso a veces me da miedo, por lo que vuelvo al poder sin querer.
Digamos que es un resquicio de cobardía : Respiro para buscarme, sabiendo lo que llevo dentro, por lo que vuelve el miedo a encontrarme conmigo misma, darme la hostia de realidad y acabar buscando otro vacío.
Entonces mi don ya no es manipular, es huir.Y sencillamente no quiero verme así.
Huyo de huirme. Y me odio por ello. No por querer poder afrontarlo, simplemente por darme cuenta y no evitarlo.
Me hace entrar en el desquicio, en el de que aquellos ojos vuelvan a juzgarme y atormentarme, ver como me hundo en mis antiguos pozos de rencor, sentir como penetra cada gramo de ira.
La única solución a la que me he aproximado gracias a momentos a solas es no huir... y sólo pasar de largo.
He llegado a una época de mi historia en la que a poco le doy importancia.
Y es extraño.
Porque la gente me dice que hago bien, que es lo correcto y luego me apuñalan con quejas escondidas y  me censuran con miradas. Y en realidad sólo me dan excusas para poder querer pasar de todos ellos.
Y vuelvo a estar sola, como siempre. Vuelvo a entrar en mi bucle, como siempre.
Vuelvo a volverme mía, como nunca.
No me hace falta nada.
                                                                           Sólo respirarme.




domingo, 15 de septiembre de 2013

Otra vez es diferente

He decidido comenzar de nuevo.
No os confundáis, no me refiero a mi forma de admirar el mundo ni al estilo de vida tan endeble  que me he consentido.
Me refiero a comenzar esto de soltar toda la basura emocional de otra forma.
Sin adornos, ni esperanzas ni medias verdades.
 Por lo que he decidido eliminar de este espacio y de vuestras ideas cada palabra o señal de ilusión  hacia algo mejor.
Simplemente me da igual como puedan variar las cosas. Sabéis lo partidaria que soy de que todo  fluya.
No pretendo que os sintáis cómodos o identificados con lo que pueda reflejar, sabéis de sobra que esto lo hago de una forma completa y absolutamente ególatra.
Lo que pasa es que no me apetece andarme con explicaciones o ruegos.
Últimamente nada deja de darme vueltas.
Las rutinas son distintas y las personas solo me fallan. Supongo que es mejor soltar esto al aire y poco a poco, para no verme periódicamente maldiciendo todo lo que pueda acercarme a cada uno esos vacíos de los que huyo. Es por dejar descansar a mis nudillos. Por no soltar todas las tensiones a golpes y malas caras.
 Dejé de hacer esto por miedo a que supierais demasiado.
                            Ahora lo hago para que os deis cuenta de que no sabéis una mierda.